Ensayos RdL

El asesino de Trotski

Son tres los protagonistas de esta obra, que podrían también, ser tres novelas en una. Los tres tienen en común su amor por los perros, y nada más. Pero dos de ellos estuvieron unidos históricamente por el más terrible de los lazos de sangre: uno fue la víctima, Trotski; el otro, su asesino, Ramón Mercader. Este último (o su doble, su confidente, su amigo: la identidad indefinida de los personajes constituye una de las claves de este juego literario, si puede llamarse juego a esta tragedia) coincide en Cuba, en una playa al este de La Habana, con el narrador, Iván, un joven escritor (que podría ser, naturalmente, otro doble, el del autor, Leonardo Padura)

leer más »

El dandi, el incorruptible y el famoso

Al preguntarle alguien cuál era su lago escocés favorito, George Bryan Brummell se volvió a su mayordomo: «¿Cuál es mi lago favorito?». «Windermere, señor», apuntó el criado respetuosamente. «Ah, sí, Windermere», bostezó el apodado «bello Brummell». La anécdota (recogida por Scaraffia en su Diccionario del dandi) condensa la actitud del dandi ante la vida: la falta de deseo, la desgana, el desprecio por los gustos del vulgo. Y el aburrimiento: otro dandi notorio, el francés Barbey d’Aurevilly, llevó un diario en el que la frase más repetida, a lo largo de decenas de años y centenares de páginas, es «Je m’ennuie». El personaje del dandi irá fundiéndose progresivamente con el del artista, un tipo de

leer más »

Dos fantasías memorables

Polemista sin par de las letras argentinas, Fogwill apunta bien alto su mira impúdica en los libros reseñados y concibe una voz propia dibujando bigotes, martillos rojos y penes erectos sobre la figura de Jorge Luis Borges. Los dos cuentos incluidos en la edición española de Help a él, bajo el largo rótulo de «novelas breves», componen un díptico fúnebre ejemplar: sus placas relatan, desde la perspectiva masculina de los protagonistas, dos aproximaciones a la pérdida y a los circunloquios del duelo. El texto homónimo (1983) es una reescritura de El Aleph (1945), a su vez lectura taimada de la pasión de Dante por Beatrice Portinari. La narración de Fogwill no deja de lado los

leer más »

Cohete o catacumba

Érase una vez una literatura latinoamericana que vivía feliz en sus casas: la casa verde por aquí, otra casa de los espíritus por allá y, en la plaza central, la casa señorial de la familia Buendía. Sin embargo, después de unos años, empezaron a rondar los lobeznos y comenzaron a socavar esta felicidad hogareña. Primero fueron los del McOndo en Chile, con su insistencia en que la vida contemporánea de los latinoamericanos se desarrolla más en la selva de asfalto de las grandes ciudades que en la jungla amazónica o caribeña. Con ellos se reunían los de la generación del crack (que en inglés, entre otras cosas, significa grieta) en México. Para ellos, la novela

leer más »

Recordar el horror

Tanto o más que silenciar voces incómodas, el objetivo de la sistemática liquidación de los intelectuales en las primeras décadas de la Unión Soviética era reducir el terreno de la reflexión, las dudas, la pluralidad, la ambigüedad, el subjetivismo, el retiro a esferas de pensamiento y espiritualidad privados, el eclecticismo, las contradicciones, en fin, también la vida interior y «el alma»: complicaciones innecesarias en una economía socialista donde no debía haber derroche, complicaciones que convenía suprimir lo más rápidamente para forjar una sociedad más coherente, monolítica, eficiente y fácilmente maleable y dirigible. Así lo entendió Aleksander Wat (Varsovia, 1900-París, 1967), poeta futurista del que acaba de publicarse en español el monumental testimonio de sus años

leer más »