Ensayos RdL

Mucho más que mera sociología

El subtítulo del libro de Stark, «Un estudio sociológico», es de lo poco que podría objetársele críticamente. Porque esta obra, no muy voluminosa, resulta fascinante, entre otras cosas por la lograda interdisciplinariedad que aparece entre sus páginas. No hay sólo un enfoque del cristianismo original que pueda interesar a los sociólogos, pues también tiene que ver al menos con la historia de las religiones, la teología, la economía, la teoría política, la psicología social, la estadística o el urbanismo. Lo sorprendente de este texto es que no se trata de una yuxtaposición de dimensiones científico-sociales y teológicas, sino de un ensayo unitario en su conjunto, que permite tener, tras su lectura, una comprensión bastante mejor

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Los diarios tienen los días contados

Philip Meyer sitúa en abril de 2043 exactamente el momento en que el último periódico saldrá de la última rotativa. Se basa en una proyección de la caída sostenida en las ventas al ritmo que hoy están haciéndolo los diarios impresos en todo el mundo, pero lo probable es que las empresas editoras cierren…

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El asesino de Trotski

Son tres los protagonistas de esta obra, que podrían también, ser tres novelas en una. Los tres tienen en común su amor por los perros, y nada más. Pero dos de ellos estuvieron unidos históricamente por el más terrible de los lazos de sangre: uno fue la víctima, Trotski; el otro, su asesino, Ramón Mercader. Este último (o su doble, su confidente, su amigo: la identidad indefinida de los personajes constituye una de las claves de este juego literario, si puede llamarse juego a esta tragedia) coincide en Cuba, en una playa al este de La Habana, con el narrador, Iván, un joven escritor (que podría ser, naturalmente, otro doble, el del autor, Leonardo Padura)

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El dandi, el incorruptible y el famoso

Al preguntarle alguien cuál era su lago escocés favorito, George Bryan Brummell se volvió a su mayordomo: «¿Cuál es mi lago favorito?». «Windermere, señor», apuntó el criado respetuosamente. «Ah, sí, Windermere», bostezó el apodado «bello Brummell». La anécdota (recogida por Scaraffia en su Diccionario del dandi) condensa la actitud del dandi ante la vida: la falta de deseo, la desgana, el desprecio por los gustos del vulgo. Y el aburrimiento: otro dandi notorio, el francés Barbey d’Aurevilly, llevó un diario en el que la frase más repetida, a lo largo de decenas de años y centenares de páginas, es «Je m’ennuie». El personaje del dandi irá fundiéndose progresivamente con el del artista, un tipo de

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